Recogemos la noticia del diario digital El Economista. Nada más ni nada menos, que 29 ancianos han sido los que han muerto en Noruega después que le fuera administrada la vacuna contra el Covid-19 de Pfizer. Pero eso no es lo más grave, según cuenta el diario la respuesta de la farmacéutica es, palabras textuales, agárrate a la silla: «El número de incidentes hasta ahora no es alarmante y está en línea con las espectativas», tócate los cojones Maria Luisa, es decir, que está dentro de lo previsible… ¿Por qué no se pone la vacuna el director de la empresa de Pfizer y familia allegada?
A todo esto, ¿qué tiene que decir el Ministerio de Sanidad español? ¿Suspendará la administración de la vacuna hasta que se resuelvan las muertes? Me da a mí que no, que la vacunación se realizará pase lo que pase. Cabe decir que los ancianos, según la noticia, eran mayores de 75 y con enfermedades terminales.
El Instituto Noruego de Salud Pública ha señalado que «para aquellos con la fragilidad más severa, incluso los efectos secundarios relativamente leves de la vacuna pueden tener graves consecuencias. Para aquellos que tienen un período de vida restante muy corto, el beneficio de la vacuna puede ser marginal o irrelevante «.
Lo que uno saca en conclusión de todo esto es que la vacuna se está administrando sin estar los suficientemente probada y que se está usando a la gente como conejillos de indias, eso cuanto menos.
https://www.youtube.com/watch?v=cb-fnPZ_YUk
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