Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo llama al orden a los bancos centrales indicando que los bancos deben tener una actitud más ecuánime en cuanto a la inflación, ya que esta era esperada después de la pandemia.
Crónica de una inflación anunciada.
Los presidentes de los bancos centrales de la zona europea están sumamente preocupados por la senda que ha tomado la inflación y lo han expresado sin ningún reparo en la conferencia que fue organizada por el BCE en Frankfurt.
Cuando le tocó el turno de intervenir, la presidenta Christine Lagarde y su compañero Fabio Panetta han pedido a los bancos que tengan paciencia y que aún no endurezcan la política ultra expansiva de la entidad.
Lagarde ha sugerido que se debe esperar a ver signos económicos más allá de como emergen los países de la recesión que sucede a la pandemia y que puede verse reforzada por las subidas de los precios. “El desafío es que no reaccionemos exageradamente a los choques transitorios de suministro que no tienen relación con este medio plazo” dijo la presidenta.
Tanto en China como en Estados Unidos se ha visto esta reacción bancaria con no muy buenas consecuencias, es por ello que no está de más este llamado a la prudencia, pues es lógico que después de la recesión, y de muchos meses con la mayoría de los negocios cerrados se presente una caída de la moneda y un aumento de la inflación.
Las presiones sobre los precios se acumulan por una serie de factores que van desde el aumento de los precios de la energía, los cuellos de botella en el suministro, y los costos de endeudamiento de la zona Euro, han aumentado, particularmente en las últimas semanas, y los inversores suelen adelantar sus expectativas de alzas en las tasas de interés.
El BCE debe respaldar la demanda agregada, evitando estas acciones prematuras
El hecho de que la inflación pueda moverse moderadamente por encima de la meta durante un periodo que puede ser transitorio y que permite ser paciente sobre el endurecimiento de la política monetaria.
Una postura de política monetaria ultra expansiva es la fórmula más segura para llevar de nuevo la inflación a un punto sostenible: un 2%.
Es posible que la inflación puede llegar a acelerarse incluso hasta un 4% para finales de este año, el doble del objetivo inicial, y Lagarde ha afirmado que “venimos de una década en la que fuerzas desinflacionarias han deprimido todo el proceso de la inflación y aunque la recuperación robusta se halla apoyando las tendencias de la inflación, lo que estamos viendo es una fase de inflación temporal ligada a la reapertura”.
La tasa de precios observada en la eurozona, se prevee que va a seguir aumentando en los meses siguientes, incluso como resultado de un efecto estadístico, comparado con el 2020. Según Lagarde es el turno para que los gobiernos tomen sus medidas de política fiscal que sean más focalizadas, solo nos queda esperar cual será la actitud de los bancos centrales a este respecto.
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